En muchas culturas antiguas se menciona la existencia de una raza de gigantes. Los griegos nos hablaban de los cíclopes, gigantes de un solo ojo, el Génesis (6:4) dice literalmente “Había gigantes en la tierra en aquellos días” y se tiene constancia de varias excavaciones arqueológicas que han encontrado tumbas con seres enormes en su interior.
Existen descubrimientos que, por motivos no del todo claros, se almacenan en el olvido del conocimiento humano. Dichos hallazgos podrían arrojar luz sobre el pasado lejano de la humanidad, sin embargo, están envueltos en niebla y con muchas líneas de tiempo contradictorias.
La siguiente historia parece añadir un elemento importante a la teoría de que, en un tiempo remoto, una raza de hombres gigantes habitaba el planeta Tierra.
Una peculiar historia que se produjo hace un siglo, una historia que, por un lado, confirma la existencia de gigantes y que, por otro lado, podría erosionar el sentimiento de muchos, según la cual existiría una arqueología prohibida que podría revelar a la humanidad la verdadera historia de su evolución.
En unas excavaciones arqueológicas próximas al lago Delavan en Wisconsin se encontraron unos esqueletos de dimensiones extraordinarias.
Parecían gigantes. Sus cabezas eran más grandes de lo normal.
Según las noticias de la época, los esqueletos, que fueron encontrados por un grupo de arqueólogos de la Universidad Beloit College de Wisconsin, medían entre 2’3 y 3 metros.
El misterio empezó cuando de estos esqueletos gigantescos no se supo nada más. ¿Dónde fueron a parar? ¿Se ocultaron deliberadamente? En esta zona no era la primera vez que se encontraban esqueletos de tamaño gigante, que no parecían corresponder con las características de ningún pueblo que hubiera habitado esos lares antiguamente.
Ya en 1891, científicos de la fundación Smithsonian habían encontrado un esqueleto gigante en las excavaciones de unos túmulos piramidales en la zona de Madison, curiosamente también en Wisconsin.
Todos estos huesos han desaparecido.
La Smithsonian dice no saber nada de ellos ni de ningún tipo de esqueleto de tamaño fuera de lo normal.
Sin embargo, hay constancia en la prensa durante casi 100 años de hallazgos de huesos de seres enormes en todo el Medio Oeste americano.
En Minesota, Ohio, Iowa, Indiana, Kentucky e Illinois está documentado el descubrimiento de este tipo de restos.
Los “teóricos”, sin embargo, creen, que el Gobierno Americano oculta algo y que no tiene interés en que se hable de una posible raza de gigantes que habitara los Estados Unidos hace siglos
En otros lugares del mundo también se han encontrado restos humanos que parecen pertenecer a una raza de gigantes.
A pesar de todas las evidencias, hay que tener en cuenta que en muchos casos se ha comprobado que se trataba de un fraude.
El gigante de la foto de portada, fue encontrado por unos buscadores de oro en una mina en San Diego (California) y expuesto en un ataúd de 3 metros.
Lo compró la famosa fundación Smithsonian que analizó su piel y dijo que era un fraude, que estaba hecha de gelatina.
A pesar de lo que pagaron por él, dicen que el cuerpo se perdió. Otra vez, a los ojos de los conspiracionistas están ocultando algo. ¿Por qué? ¿Hay algún motivo para ocultar estos hallazgos?
No obstante, un reciente fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos ha obligado al Instituto Smithsonian a liberar los documentos clasificados que datan de la década de 1900, que demuestra que la organización; participó en un importante encubrimiento histórico de evidencia que mostraban restos de gigantes humanos en centenas que habían sido descubiertas en todo Estados Unidos y recibieron la orden de ser destruidos por los administradores de alto nivel para proteger la cronología convencional de la evolución humana en el momento.
